PREMIO GRÀFFICA 2010
Jordi Gual nació en Terrassa, Barcelona, en 1964. Es un fotógrafo de vieja escuela que ni siquiera tiene cámara digital. Los ojos de su hija Natalia, ciega de nacimiento, son los que le enseñaron a mirar. De ahí se desprende esa mirada llena de tensión, de ambivalencia que emerge en cada una de las fotos del fotógrafo catalán.
Desde sus comienzos, en los años ochenta, ha utilizado la fotografía analógica para crear imágenes de una belleza inquietante. En su mayor parte, las composiciones de Jordi Gual desafían a la totalidad en favor de la fragmentación de los rostros y los cuerpos. Asimismo, en ellas lo que parece adquirir más importancia es el entorno y los objetos relacionados con los seres retratados. Fotografiar el objeto en lugar del personaje es, según afirma Gual, fotografiar la «palabra perdida», pero también supone en cierta manera posicionarse con la cámara desde el futuro, como si el presente mismo fuera ya un recuerdo lejano.
Gual ha sido becado por la revista C International Photo Magazine (Ivorypress), de la que surge el libro monográfico All things ordinary. En este número, dedicado a la mujer, la publicación incluye ocho fotos donde expone «sin pudor» la relación con su mujer e hijas.
«Mi evolución estuvo marcada desde pequeño por una fuerte dislexia. Esto condicionó mis estudios, di vueltas por varios colegios hasta terminar en varias escuelas de Arte donde pude realmente desarrollar mi mente fuera de números y letras, y pasando largas horas en el cuarto oscuro. Manchándome las manos con pinceles, mirando los clásicos, y viajando para contemplarlos pasé varios años de mi juventud. Ahora estoy casado y con tres hijos. Uno de ellos Natalia, la mayor, nació ciega, me llevó varios años superarlo,… bueno, quizás nunca lo superaré. Aquello me ha marcado en mi visión inconcreta de ver y no ser visto. De proteger y ser protegido como una red que se lanza y se recoge… Y esto es todo hasta hoy».
Jordi Gual
Su obra ha sido mostrada en Amics de les Arts, Terrassa, España; STYX Projects Gallery, Berlín, Alemania; y Galería Moro, Santiago de Chile, Chile, entre otros espacios.
La belleza y la calidad de su trabajo le valió el reconocimiento de un Premio Gràffica 2010.
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