PREMIO GRÀFFICA 2015
Daniel Armengol Altayó es artista visual y diseñador. Su especialidad es generar interacciones entre la gente, la tecnología, el arte y el diseño. El resultado de su trabajo es divertido e inteligente a partes iguales.
Conocido como ‘el pequeño Nicolás del diseño’, por su extensa red de contactos y colaboradores (“más de 500” según Linkedin), ha trabajado para grandes marcas y participado en numerosos festivales. Antes de ello, estudió en la Universidad Ramón Llull. Su formación pasa por la ingeniería multimedia, el arte electrónico y el diseño digital. A posteriori, pasó a formar parte del estudio de diseño de interacción Multitouch Barcelona y jugaba a ping-pong.
Ahora, Dani Armengol desarrolla proyectos de investigación en el taller-estudio que lleva su propio nombre y a través de GIF ME, proporciona experiencias interactivas por encargo. «Aún tengo dificultad para explicar lo que hago», confesaba Dani sobre el escenario del CaixaForum Zaragoza durante el Festival Premios Gràffica 2015. «El error, no el cromo, es lo que busco en mi trabajo», a partir de ahí, con Dani Armengol todo es posible.
Su madre está orgullosa de que ganara un Laus Oro –en el apartado Instalaciones Interactivas– y de haber exhibido en el MoMA –en la muestra Talk to me, 2011–. Lo curioso es que nunca ha estado en Nueva York.
Daniel Armengol Altayó ha sido reconocido con un Premio Gràffica 2015 por ser «uno de esos tipos a los que el mundo del diseño echa de menos».
«Es un híbrido entre la dirección de arte, la robótica, la programación y la pura interacción. Porque la invención es la base de su trabajo. Para él no existe lo imposible, si se propone algo solo hay que encontrar el camino para que funcione: interacción, grafismo, electrónica, estilismo, beats y bits. Dani está en todos lados y siempre con una buena propuesta entre manos».
Jurado Premios Gràffica 2015
Otros reconocimientos son el Best Experimental Film en el Couch Fest Films de Seatle (2009) y dos Vimeo Awards (2010).
Dani Armengol es el autor I am a strange loop, 2017. «Un espejo que refleja un espejo. Un selfie como una proyección del yo. Inteligencia artificial capaz de reconocer su entorno, capaz de aprender e incluso soñar. Psicodelia», explica. «El resultado es una reflexión estética, ejecutada con hardware y software con la configuración por defecto de fábrica, que correctamente alineados tienen el poder de hipnotizarnos con un efecto visual, extrañamente orgánico».
