En 2012 los Premios Gràffica se trasladan a Bilbao. A pesar del viento y el frío, los bilbaínos nos acogieron con los brazos abiertos. El 14 de diciembre a las 16.00 h en la AlhóndigaBilbao empezaba el tercer Festival Premios Gràffica de diseño y comunicación visual.
El jurado compuesto por 19 profesionales de diferentes ámbitos de la comunicación y la cultura visual decidieron que entre las 60 candidaturas presentadas los ganadores de los Premios Gràffica 2012 fueran para:
Blanc Festival
Campgràfic
El Roto
Fernando Gutiérrez
Jordi Embodas
Lamosca
Marta Cerdà
Mongolia
Sam3
Voces con Futura
Todos los años los Premios Gràffica tienen una peculiaridad y en 2012 fue su carácter reivindicativo. Pero este tono es síntoma de alegría ya que eso quiere decir que los diseñadores, los creadores visuales, se involucran y saben que su trabajo puede ayudar. El diseño lo impregna todo; está en el supermercado, en la parada del autobús, en el envase del champú o en el papel de las magdalenas, pero sobre todo está en la calle. De ahí que esta edición los Premios Gràffica tuvieran este sabor.
Así sucedía con las viñetas mordazmente ilustradas de El Roto, pero también con Voces con Futura, una plataforma surgida a raíz del clamor del #spanishrevolution; la ironía y la sorna la política de Mongolia; sin olvidar los graffitis que se pueden ver en cualquier ciudad y que llevan la firma de SAM3. Unos premios con mucho carácter y que se hacen eco del sentir ciudadano.
Además, dentro del caleidoscopio del diseño, los Premios Gràffica 2012 también recogieron otras vertientes como el buen gusto en el diseño tipográfico que practica Jordi Embodas y el amor por esta disciplina que siente la editorial Campgràfic; las sintéticas y bellísimas infografías de Lamosca; el delirio de un evento exclusivo dedicado en exclusiva al diseño gráfico y a los diseñadores como es el Blanc Festival; el estilo personal que durante décadas ha sabido forjarse un veterano como Fernando Gutiérrez; y el diseño fresco de Marta Cerdà.
Compartir esa tarde con todos ellos y con el público bilbaíno fue un auténtico lujo. Un fiesta que se trasladó al fin de semana, brindándonos encuentros y fotos con unas estampas únicas.